7 feb 2011

Agencia N no informa

No es que haya dejado el proyecto de lado,
no lo he apartado, ni dejado en el rincón de lo olvidado.

Podría hablar de mil cosas, por ejemplo del último ramo con 3 rosas,
de fiestas jaleosas, de hemorragias algo latosas.
De operaciones que no son matemáticas.
Alguna baja inesperada, con medicinas no recetadas.
Partidos, miedos, emociones,
de Egipto, del gobierno, de batasuna, del seis naciones.
La crisis? Qué crisis, la crisis está en mi cabeza.

Debería labrarme una opinión sobre las revoluciones islámicas,
leer sobre un posible futuro en las relaciones diplomáticas.
Preguntar y decidir si arriesgarme a pedir una copa,
no sé, por ejemplo una de Ginebra, pero sin tónica.

Podría hablaros del silencio, pero no tengo ganas,
tengo la sensación de que ahora es el mundo el que me habla,
pero algo pasa, porque de lo que cuenta no me interesa nada.

Debería despertarme y tomar de nuevo las riendas,
agarrar fuerte el timón, toparme con la pasión,
enderezar el vuelo, escuchar tu consejo,
mueves los labios, abro las orejas,
hago un esfuerzo, pero no te entiendo,
como lo voy a hacer si ahora mismo ni yo me escucho cuando hablo.

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