.... lo que mal empieza, mal acaba... eso se dice y a mí me encanta arruinar momentos, coger historias tortuosas y hacerme partícipe de ellas, en un momento dado pedir protagonismo, amañar mi nudo, recitar mi monólogo y desatar mis lágrimas en un fatídico final.
A veces vivo la tragicomedia más absurda jamás elegida.
Y otra vez ha caído el telón
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