En mi opinión, no es la película perfecta. Pero se asemeja.
Baile, música, maquillaje, decorado, escenografía, vestuario, todo perfecto.
Banda sonora: sólo tengo que decir que la compuso Tchaikovsky.
Interpretación, sublime.
Historia: genial, de las de un genio.
Sólo le falta una cosa para que, en mi humilde gusto, esta película moderna sea excepcional: diálogos. Aunque tampoco sobre esto tengo queja ya que como dice el refrán "una imagen, vale más que mil palabras" y sus actores, sobre todo sus actrices, relajan con los movimientos de sus cuerpos, tensan con la dureza de sus caras y emocionan con el brillo de sus ojos...
Todo el mundo requiere de un cisne negro. Ese que admiras, pero quieres ver muerto. Ese que te provoca reacciones y erupciones en el cuerpo. Ese cisne negro que te roba o consigue antes que tú tus sueños, pero que te ayuda a superarte. A pedirte más, a exigirte más, un cisne negro que te cree envidias que sacan lo mejor de ti...
Tal vez hayas jugado muchas veces a imitar a un cisne negro.
¿Pero qué pasa cuando has perdido el tuyo, tu referente, y ya nadie ocupa el papel de Reina del Lago? Cuando ves que la obra se desmorona, se hunde y ni el príncipe puede salvarla...
....entonces en tu cabeza suena la desesperación, que termina con un golpe de los platillos de Tchaikovsky
No hay comentarios:
Publicar un comentario