Nació y
sintió que no pertenecía a ese lugar. No era alto como su hermano número 1, ni
delgado, como eran número1 y su otro hermano, número2.
Tenía la
cabeza más grande, una cara redonda y unos ojos muy oscuros.
Toda su
infancia fue el pequeño, el raro, el que hablaba poco.
Pero un
verano, mientras leía “La historia interminable” estiró y estiró y estiró…
Y fue
alto y delgado, como número1 y número2.
Su cara
redonda alberga una gran sonrisa y lo único que guarda de su infancia es esa
cabeza grande.
Su madre
decía que iba a ser muy listo y si no, por lo menos le serviría para llevar más
ladrillos.
Y luce
casco en las obras, como número1 y número 2. claro, que él llegó un poco más
tarde.
Casi ya habían
terminado de construir su pueblo cuando Jorge volvió de la Universidad Laboral.
Recordemos
que no hablaba, así que se limitaba a puntualizar: “La torre de la Iglesia está torcida”,
Ese estilo
italiano ya no se llevaba, mandó a número1 y número2 que la desmotansen y
llevando los ladrillos en las manos, pues la cabeza no les daba para más,
Enderezaron
la torre de la Iglesia
donde aguarda el Dragón, que una vez vino a robarle el sueño y él con su espada
valientemente mató.
Ciertamente no parece una biografía al uso... Me gusta :)
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